Cuando la botella está medio vacía, los días pasan del revés o todo parece una conspiración para hacerte caer, se nos olvida que hubo momentos de luz, de ilusión y sueños. Este año nos hemos propuesto no perder ninguno de esos valiosos momentos y para ello hemos creado el buzón de la felicidad.
Los peques se han puesto entusiasmados manos a la obra, hemos utilizado una caja de madera de botellas de vino a la que le faltaba la tapa, que usábamos para hacer pruebas con las plantillas de estarcido.
Hemos recortado una tapa de cartón rígido, los peques la han decorado con tiras de tela pegadas con látex y le hemos hecho una gran ranura como boca del buzón.
Cada vez que nos sintamos felices, que estemos llenos de alegría, ilusión y optimismo, plasmaremos en un papel ese momento, para que cuando lleguen los días oscuros, podamos abrir nuestro buzón y recuperar parte de toda esa felicidad.
Buenisima idea, espero que no lo tengais que abrir.
ResponderEliminarBesos
:-) ¡Cuántas cosas se aprenden en este blog! Un millón de gracias.
ResponderEliminarme encanta la idea,BSS
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