miércoles, junio 22, 2011
sigo tan verde
Manzanas reineta, calabacines, algún pequeño limón y muuuuchas cebollas. El huerto empieza a estar lleno de frutos. La tierra es muy agradecida, la trabajas profundamente con el azadón, la riegas con esmero y la alimentas con un buen compost casero y ella te regala montones de frutos. Lástima que en el instituto a pesar de trabajar preparado unas clases amenas e interesantes, de alimentar con plabras de ánimo y reconocimiento cualquier pequeño logro y regar a diario las mentes de los adolescentes con el agua del esfuerzo, los resultados no sean tan buenos como cabría esperar, esta visto que las semillas de ese "huerto intelectual" que es un centro educativo, no son de la misma calidad que las que planto en el tierra de mi casa...
o quizá lo mio no sea cultivar las mentes sino la tierra.
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Victoria cariñín!! Pero como te puedes responsabilizar tanto de la educación de tus alumnos?? Es que no tienen unos padres? Tu puedes ayudar (y mucho) en su educación, pero si en casa luego no se acompaña o no se sigue el mismo camino, de que sirve?
ResponderEliminarTu puedes estar MUY ORGULLOSA de tu trabajo, sólo hace falta ver a tus peques, y saber de ti para darnos cuenta de que eres una genial persona, con la cabeza en su sitio y bien amueblada, así que lo que pase en las otras casas, seguro, no es tu responsabilidad y no puedes culparte por ello...
Un abrazo verde que te quiero verde!!